Hola amigo, sí, amigo, porque eso es lo que eres para mí y muchas personas en el mundo. No tuve el agrado de conocerte personalmente. Con mi corta edad seguí tu camino el día que falleciste. Recuerdo que me encontraba trabajando cuando las noticias llegaron. Caí arrodillada y recé para que tuvieras la paz que te merecías por ser un luchador incansable. Fuiste el primer presidente negro de África, ganaste el Premio Nobel de la Paz, estuviste preso durante veintisiete años, pero siempre en la guardia, firme en tus ideas y ayudando a la población de África y del mundo. Te cuento, amigo, que con muy pocas palabras quiero darte las gracias por haber sido la persona que fuiste y eres para muchos. Tú sigues vivo, la gente mira el color de la piel como si eso fuera importante, pero tú y yo sabemos que a la gente hay que mirarle el corazón, que es lo más importante que tiene un ser humano. Gracias, amigo, eres una persona importante en mi vida, en mi familia y hasta incluso entre mis amigos. Si