Después de practicar varias escalas creí estar listo para ejecutar una melodía, entonces coloqué las partituras sobre el atril y comencé a tocar el reluciente instrumento. Noté de inmediato que las notas del pentagrama y el saxo alto se habían confabulado contra mí, como un grupo de consumidores que hacen un boicot a un supermercado. La caña de la boquilla se había endurecido oponiéndose visiblemente a la presión que ejercían los labios sobre ella y todo sonaba desafinado, como niños cantando el himno. Vi con asombro cómo aparecieron alteraciones en la escritura mientras tocaba, incluso en una oportunidad la clave de sol hizo un gran esfuerzo para cambiar su posición y saltar hasta la tercera línea. El do y el re vibraban en sostenidos, el mi y el fa en bemoles, el sol se había ocultado (ya era de noche), y el la, hacía el amor con el si consentido. Las llaves empujaban los dedos hacia afuera y el sonido se distorsionaba lastimando mis oídos. Cansado de lidiar con sus caprichos, descol

Si amarte fue un pecado, fui una gran pecadora y lo sigo siendo con mi pensamiento. Nunca olvidaré tu pasión, tus palabras y tu cuerpo que vibraba. Me prometiste el mundo, me abrazabas muy fuerte, te reías, gritabas ,te emocionabas. Vibraba tu cuerpo en mi cuerpo, me acariciabas y me besabas locamente. Tus palabras replican en mis oídos "Soy el hombre más feliz, no puedes hacerme más feliz ". Era en ese momento, en ese instante, después tú, te colocabas la sotana y seguías el mundo que habías elegido. Tu ambición, tu carrera, tu sacerdocio, eran tan importantes que te olvidabas de mí. Yo seguí con esperanza tres largos años, que me dirías un día que te querías casar conmigo. Estar toda mi vida junto a ti, ¡que tonta fui!. Lo que sé, es que estuve, estoy y estaré por siempre locamente enamorada de un hombre que no me pertenece. Porque él le pertenece a otro amor. Su amor es su gran ambición, ser casi Papa. Hoy, después de muchos años, sentada en un sillón, reflexiono mi vida.